Los turbulentos primeros 100 días de Pedro Castillo como Presidente de Perú

( Emol.com )  La estancia del Mandatario en el Gobierno no ha sido para nada tranquila y ha estado marcada por una serie de polémicas que han significado una danza de ministros en un tiempo muy corto.
Pedro Castillo cumplió sus primeros 100 días como Presidente de Perú, un periodo plagado de turbulencias, silencios, indecisiones, ambigüedades y contramarchas acompañadas por una oposición voraz que parece no aceptar el resultado electoral y cuyos extremos piden la destitución del Mandatario.
Desde que el 28 de julio jurara como jefe de Estado, el maestro y líder sindical no ha tenido respiro, casi siempre en el ojo de la tormenta ante las tensiones internas de las distintas fuerzas que componen su Gobierno y las externas de la oposición, centrada en demoler a sus ministros más cuestionados.

Con sus prolongados silencios, sin apenas contacto con una prensa mayoritariamente hostil, y con evidentes problemas para transmitir sus mensajes, Castillo también ha alimentado la sensación de que tiene dificultades para tomar decisiones.

Esa sensación es la que azuzan los opositores en la derecha y la extrema derecha, quienes cuestionan su triunfo electoral y esgrimen sin empacho la necesidad de una “vacancia” (destitución) con maniobras en el Congreso que apuntan en esa dirección, aunque de momento están lejos de tener los votos necesarios.

DESDE EL PRIMER DÍA

El “profesor” tuvo su primera crisis al designar como primer ministro al conflictivo congresista Guido Bellido, mano derecha del líder del partido marxista Perú Libre, Vladimir Cerrón, un neurocirujano formado políticamente en Cuba.

El inesperado nombramiento sorprendió a Pedro Francke y Aníbal Torres, las dos caras más moderadas y tranquilizadoras para los empresarios e inversionistas entre los aliados de Castillo, quienes declinaron en un primer momento jurar como ministros de Economía y Justicia, respectivamente.

Bellido tuvo que desdecirse públicamente de sus ataques previos a ambas figuras para que estas accedieran al cargo en un Ejecutivo, muy escorado a la izquierda y sin apenas mujeres, que parecía deshacerse incluso antes de arrancar.

EL CANCILLER Y BELLIDO

Apenas pasaron 21 días cuando Castillo sufrió la primera baja, tras la difusión de unas antiguas declaraciones del ministro de Relaciones Exteriores, Héctor Béjar, quien acusó a la Armada peruana de haber iniciado el “terrorismo” en Perú en los años 70.
La aseveración fue tomada como un grave insulto por la Marina -dos ex almirantes forman parte de la oposición parlamentaria- y la presión llevó a renunciar a Béjar, sociólogo y ex guerrillero de 85 años que llegó a conocer a Ernesto “Che” Guevara.

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