Ante este panorama la reunión entre el presidente de EE.UU. Joe Biden y Putin ya no es una opción.
Así lo aseguran el país norteamericano, que, al igual que los países occidentales, multiplican sus sanciones económicas, un aspecto que no parece arredar a un, cada vez más temerario, Putin. Joe Biden intenta aislar al Kremlin de los mercados occidentales y ha denunciado la invasión rusa de Ucrania, al tiempo que la calificado de «una violación flagrante del derecho internacional». Las sanciones serán cada vez mayores, si Putin no da marcha atrás, manifestó el presidente estadounidense en su dicurso televisado. Por su parte, e l Reino Unido impedirá que Moscú venda deuda soberana en Londes.
Y, Alemania paralizó la licencia del gasoducto Nord Stream 2.
Mientras, Kiev recalca que seguirá peleando por cada centímetro de su país y el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha movilizado a los reservistas de 18 a 60 años. Los bombardeos de los separatistas prorrusos ya están afectando a los ciudadanos: la central eléctrica del este del país está fuera de servicio. Este miércoles, la ministra alemana de Asuntos Exteriores, Baerbock, se reunirá con su homólogo francés, Le Drian, en Berlín y los embajadores de la UE aprobarán este miércoles por la tarde el paquete de sanciones a Rusia. Por su parte, Polonia y Hungría se preparan para lo peor ante el avance ruso. Así, el gobierno polaco aprobará el proyecto de ley de defensa nacional que permite reforzar rápidamente las fuerzas polacas mientras Hungría despliega tropas en la frontera con Ucrania.