La historia de Darío Dubois, el futbolista metalero que jugaba con la cara pintada

Apodado el “Loco”, el defensa argentino siempre señaló que su pasión no era el deporte, sino que prefería ser cantante de una banda de rock pesado. Irreverente y polémico, el jugador logró ganarse el cariño de los fanáticos del balompié.
Siendo zaguero central, el peculiar deportista jugó en equipos de la B y la C argentina entre 1994 y 2005. En ese periodo de tiempo defendió la camiseta de clubes como Yupanqui, Lugano, Midland, Deportivo Riestra, Laferrere, Cañuelas, Sacachispas y Victoriano Arenas
“No me gusta jugar. Lo hago porque es competitivo y puedo pasar mi tiempo entrenando. No como carne roja, no bebo alcohol ni tomo drogas. Nunca he hecho ninguna de esas cosas. Juego al fútbol. Y los pocos centavos que recibo por jugar me vienen bien; mi situación económica es desastrosa”, confesó.
Un bicho raro en todo lo que hacía, pero siempre antepuso la justicia social por sobre toda pasión, siendo reconocido por alzar la voz y protestar ante cualquier injusticia. En sus años de carrera disputó 146 partidos e hizo 13 goles, pero sus mejores jugadas no fueron interceptando pases, ni marcando delanteros, sino que fue su legado.